El día que Marie murió
Thomas
Las sirenas de las patrullas hacían un eterno eco en mi mente hasta que, al final, se hicieron inaudibles para mí. Los gritos y las personas corriendo de un lado a otro buscando ayuda parecían formar parte de un simple momento imaginario, en el que yo estaba. Tengo frio, un frio seco que me hace sentir muerto. Mi existencia va hundiéndome dentro de mí mismo, haciéndome sentir con un nudo interminable que recorre cada maldita parte de mi cuerpo. Juro que quiero moverme, pero no puedo. Quiero correr a buscarla entre los escombros, ayudarla y ver que todo e